Ahora bien, sabemos que
Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido
llamados de acuerdo con su propósito.
¿Qué diremos frente a
esto? Si Dios está de nuestra parte,
¿quién
puede estar en contra nuestra?
El que
no escatimó ni a su propio Hijo,
sino
que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo
no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?
Romanos 8:28, 31-32
Lo que no puedes calcular está al control de
Dios porque Él conoce el principio y el fin, lo único que tienes que hacer es
confiar, confiar porque estás segura de que amas a Dios y su Palabra declara
que para esas personas todo ha sido dispuesto para su bien. Además esta
confianza tiene como base su Poder y Soberanía para hacer algo bueno de cada
cosa que te sucede, confiar en Dios implica creer que tiene autoridad para
actuar en tu vida y que no deja cabos sueltos, no se distrae, no se enreda, Él
siempre tiene el control.
Cuando estás seguro de que Dios está de tu
parte el miedo no tomará las riendas de tu corazón porque si el Todopoderoso
sale a tu favor no habrá nada ni nadie que pueda lograr hacerte daño, tal vez
haya intentos por herirte, aniquilarte, lastimarte y alcancen, en ocasiones, a
hacerte tambalear pero si el Padre Celestial fue capaz de entregar a su amado
Hijo por ti pues no escatimará esfuerzos para que salgas victorioso de cada
batalla que pelees, de hecho está dispuesto a darte cualquier cosa que le pidas
siempre y cuando decidas amarle y entregarle tu vida porque no hay ninguna
circunstancia que logre detener el amor de Dios por ti, pero su llamado puede
implicar el rechazo de muchos eso sí, recuerda que cada circunstancia es una
oportunidad para que Dios manifieste su gloria en tu vida.