jueves, 18 de mayo de 2017

¿CUÁL SERÁ TU COSECHA?

No se engañen: de Dios nadie se burla.
Cada uno cosecha lo que siembra. 
El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa,
de esa misma naturaleza cosechará destrucción;
el que siembra para agradar al Espíritu,
del Espíritu cosechará vida eterna.
Gálatas 6:7-8

Es verdad que Dios siempre tendrá para dar amor, gracia y misericordia, esa es su naturaleza; sin embargo eso no supone que puedas engañarlo con una vida de doble moral. Muchos hoy confiesan que creen en el Dios de Israel pero sus vidas no dan cuenta de su fe.

No es suficiente con asistir a ritos y ceremonias si tu testimonio el resto del tiempo no es coherente con lo que profesas, Dios demanda obediencia a sus mandamientos; no solo a los que te agradan, Él pide sinceridad y está esperando que decidas seguirlo sin reservas.

Seguramente pienses que es difícil y que igual vas a fallar, eso pasa, lo que debes hacer es rendirte una y otra vez a los pies del Señor. Cuando te equivoques, no tardes en ponerte de acuerdo con lo que Dios llama pecado, confesarlo y apropiarte de su perdón, lo importante es que en tu corazón tengas un deseo sincero de corregir tu conducta. No se trata de "pecar y rezar para empatar", se trata de reconocer que te equivocas, que necesitas su gracia pero que tu deseo es seguirle y obedecerle.

Si definitivamente crees en Dios pero sistemática y regularmente estás quebrantando uno de sus Mandamientos, ten cuidado, tarde o temprano vas a tener que asumir las nefastas consecuencias de tus actos.

Piensa qué tipo de cosecha esperas recoger: ¿eternidad o destrucción?




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