viernes, 28 de agosto de 2015

CUANDO MÁS LO NECESITAMOS



Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros,
aunque sin pecado.
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia
para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude
en el momento que más la necesitemos.
Hebreos 4:15-16

Cuando estás sufriendo algo sumamente doloroso piensas que a nadie más en el mundo le ha sucedido algo tan horrible, sin embargo hay alguien que si ha pasado por toda la tristeza que tú has vivido; es Jesús, piensa en lo que Él tuvo que hacer por ti: padeció, sufrió, esperó, fue moldeado, humillado, traicionado, es decir vivió duros procesos así como tú, la diferencia es que no has llegado al extremo de haber sido crucificado, no has sufrido hasta entregar toda tu sangre y tu cuerpo en un madero, el Hijo de Dios si, además lo hizo no por sus decisiones fallidas, ni por sus pecados, lo hizo por ti, para que tuvieras libertad y aún porque así te haría saber que no hay situación compleja por la que pases que Jesús no entienda, es así como Él se compadece de nuestras tristezas y dificultades, Él se duele de tu dolor, Él también se sintió engañado, Él comparte tu desgracia, Él no es indiferente, por el contrario, te entiende y te acompaña, te fortalece y te ayuda.

Cuando sabes que Jesús está al alcance de tu mano puedes buscarlo en oración y pedirle auxilio, pedirle que esa difícil situación sea resuelta para tu beneficio, eso es acercarse al trono de la gracia con la confianza de creer que eres escuchado, es buscar la misericordia que no mereces, es saber que, aunque imperfecto, puedes acercarte a Dios para que te muestre su favor, tal vez estés al límite, pensando que definitivamente esta vez perdiste, sin embargo Dios está dispuesto a darte la mano a través de su Hijo Jesucristo, acércate, búscalo, conócelo y clama por la ayuda en el momento que más la necesitas.

Ten presente que Dios no llega tarde, tal vez lo que sucede es que no lo estás llamando a tiempo.


Te invito a que escuches esta canción:

https://youtu.be/9yQ_cZ7H_WI

viernes, 21 de agosto de 2015

EL TRABAJO QUE VALE LA PENA

Trabajen, pero no por la comida que es perecedera,
sino por la que permanece para vida eterna,
la cual les dará el Hijo del hombre.
Sobre éste ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación.
Juan 6:27

Jesús está hablando acá a varias personas que lo buscaban porque había calmado su hambre el día anterior, de esas pululan actualmente, multitudes buscan a Dios solamente por las señales milagrosas, quieren saciar sus apetitos materiales, van tras señales extraordinarias y manifestaciones ostentosas pero olvidan buscar al Hacedor de milagros con todo el corazón.

Jesús te invita hoy a trabajar por el alimento eterno, por la relación con Él que trasciende el tiempo y el espacio, por la comunión con Dios a través de su Hijo, todo lo que hoy necesitas lo encuentras en Él, todo faltante en tu corazón puede proveerlo. Es común ver algunas personas que aman su trabajo, son responsables, dedicadas y disfrutan lo que hacen, eso es bueno, sin embargo no es lo más importante, lo verdaderamente trascendental en tu vida es cuánto estás haciendo por tu eternidad.

Tal vez no hayas pensado antes acerca de eso y no tienes idea de la respuesta así que las siguientes preguntas te pueden ayudar:

®     ¿Qué lugar ocupa Jesús en tu vida?
®     ¿Cuánto tiempo diario dedicas a la oración y a leer la Biblia?
®     ¿A cuántas personas le hablas sobre el amor y el mensaje de Jesús?


Todas tus obligaciones y responsabilidades como ser humano son importantes pero en adelante piensa en trabajar por tu eternidad, toma decisiones pensando si eso te hará más parecido a Jesús, busca alimentarte de la comida que no perece, la que te va a aprovechar para siempre, habla con Jesús acerca de todos tus asuntos y lee más la Biblia, allí encontrarás todas las respuestas que tu corazón busca y necesita.

miércoles, 5 de agosto de 2015

SU PODEROSA VOZ

Voz del Señor sobre las aguas. El Dios de gloria truena,
el Señor está sobre las muchas aguasLa voz del Señor es poderosa,
la voz del Señor es majestuosa. La voz del Señor rompe los cedros;
sí, el Señor hace pedazos los cedros del Líbano

y como becerro hace saltar al Líbanoy al Sirión como cría de búfalo.
La voz del Señor levanta llamas de fuego. 

La voz del Señor hace temblar el desierto;
el Señor hace temblar el desierto de Cades.

Salmos 29:3-8

¿Alguna vez has pensado en todo el poder que tiene la voz del Señor?
El poder de Dios es real, es mejor que lo creas porque esta convicción puede cambiar radicalmente tu vida, puede abrir puertas que crees cerradas, puede traer vida donde sólo ves muerte, puede hacer grandes hazañas cuando encuentra un corazón con fe.
  • La voz de Dios tiene poder para calmar cualquier tormenta.
  • La voz de Dios puede ser escuchada por todos en la tierra, incluso tiene poder en quienes pretendan hacerte daño.
  • La voz de Dios retumba con fuerza, nunca lo creas débil, apocado o pusilánime.
  • La voz de Dios puede hacer pedazos los cedros, no hay árbol, es decir, enfermedad, tristeza, dolor, problema, por fuerte y grande que parezca, que pueda hacerle frente. 
  • La voz de Dios puede derribar fortalezas, no hay nada, por firme que parezca, que pueda resistir al Poder de Dios
  • La voz de Dios rompe esquemas y lo somete todo. 
  • La voz de Dios quema lo que pueda llegar a hacerte daño.
  • La voz del Señor puede desestabilizar cualquier desierto, puede hacer surgir un oasis, da vida cuando nadie cree que haya salvación.
  • La voz del Señor puede llegar a lugares remotos, no hay límites, no conoce fronteras.
  • La voz del Señor puede tumbar cualquier multitud que se levante en contra de sus hijos.
Aunque aún no estés convencido, Dios sigue en su trono y su poder es real, eterno, soberano y ese poder está disponible para quienes le creen y han hecho de Jesús su Señor y Salvador, su voz también puede actuar en ti, sólo toma la decisión de recibirlo en tu corazón y empieza una relación de intimidad con Él, así podrás clamar para que su VOZ tenga poder en tu vida y sea evidente cada día. 

SIN MIEDO

Cuando siento miedo,  pongo en ti mi confianza Salmo 56:3 Aún en medio de las batallas, David seguía alabando a Dios y tenía el tiempo para ...