miércoles, 24 de diciembre de 2014

DAR DE LO RECIBIDO

...Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros para que lo torturaran hasta que pagara todo lo que debía. Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazón a su hermano.
Mateo 18:34-35

En Mateo 18:21-35 se relata la Parábola del siervo despiadado a quien se le perdonó una gran deuda pero que luego no perdonó a quien le debía mucho menos, es triste ver que no fue capaz de dar la misericordia que si recibió, la enseñanza es que Dios no pide algo que previamente no haya dado, por el contrario, el Señor demanda aquello de lo que ha entregado de sobra, en este caso, el perdón. 
Se podría decir que este hombre fue un descarado, un desconsiderado, un abusivo, pero no es diferente a lo que muchos hacen, han pedido perdón a Dios por sus pecados y lo han recibido, sin embargo les cuesta perdonar, les cuesta entender las faltas del otro, les cuesta tratar con misericordia a quien se equivoca.
Ante la ofensa se pueden tener muchas reacciones, sin embargo lo normal sería dar de lo que hemos recibido de parte de Dios, esto es perdón, reconciliación y la intención de ayudar a quien se está equivocado, pero lo normal es atender la ofensa con recriminaciones, reclamos, insultos y exigencias de derechos, contrario a lo que nuestro Buen Padre nos da cuando pedimos perdón.
Cada vez que te ofendan recuerda que Dios ya te ha perdonado, aún antes de que te pidan perdón decide perdonar, esto hace tu caminar más liviano, libre de cargas y resentimientos, no olvides que el Señor acepta tu arrepentimiento y eso te hace una persona perdonadora en potencia.

viernes, 19 de diciembre de 2014

UN FRUTO AMARGO

 Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos;
Hebreos 12:14-15

Hay consejos que realmente pueden cambiar nuestra vida si realmente los escuchamos y lo que la Palabra de Dios nos dice hoy tiene un gran impacto no solo en nosotros, sino en la vida de quienes nos rodean, la idea no es ser mundos perfectos aislados sino buscar la paz con quienes tenemos cerca, mientras esté en nuestras manos hagamos la paz con todos, si es necesario pidamos perdón, perdonemos, dialoguemos, no demos por hecho, renunciemos a nuestro derecho al enojo y en ocasiones tendremos que pasar por alto la ofensa. 

El rencor es un dañino sentimiento que constituye la semilla para la amargura, su fruto es agrio, no ofrece deleite ni el más mínimo gusto, por el contrario, lleva a la soledad, a que todo el mundo nos evite, a que lastimemos a quienes más nos aman, a dañar a nuestras generaciones venideras y muchas consecuencias más que no alcanzamos a dimensionar, además no solo complica nuestras relaciones interpersonales sino que también estorba nuestro caminar con Dios, un corazón amargado no podrá disfrutar de la gracia que Él ofrece porque no está interesado, la amargura nos aleja de la presencia del Señor

Observemos una persona amargada y notaremos que considera que, pese a que se cree autosuficiente e independiente, en realidad tiene profundos sentimientos de soledad, siempre se cree incomprendido porque simplemente está convencida de que no hay nada ni nadie que pueda hacerla feliz, ni siquiera el Señor, siempre estará pendiente del error ajeno y le molestará la felicidad del otro, vivirá pendiente de lo que no tiene o no ha alcanzado y no agradece lo que ha conseguido, le será más fácil ver cualquier posibilidad negativa en cualquier escenario y hará lo posible para contagiar de su amargura a quienes se encuentran cerca.

Si te has dado cuenta que eres amargad@ pídele al Señor que a través de su Espíritu Santo llene tu corazón de gozo y aprende a dar gracias por las bendiciones que hasta hoy has recibido.



lunes, 1 de diciembre de 2014

SOLDADOS ENREDADOS

Ningún soldado en servicio activo se enreda en los asuntos de la vida civil, porque tiene que agradar a su superior.
2 Timoteo 2:4

La vida militar es de admirar por varios aspectos, en lo personal me gusta la disciplina y el respeto por la autoridad, sin embargo no creo que sea nada fácil asumirla porque lleva una alta cuota de sacrificio, por ejemplo en lo familiar, los militares son trasladados, trabajan lejos de su familia, se exponen al peligro, por mencionar algunos aspectos; así que quien está en un ejército debe amar profundamente su labor para estar dispuesto a pagar el alto precio.
Los militares son un ejemplo usado en la Palabra de Dios. Particularmente en el pasaje de hoy se usa para hablar de la consagración exclusiva al Señor. Seguir a Dios tiene un costo, el precio a pagar es dejar de enredarnos en asuntos que no tengan que ver con el Señor para no desagradarlo.
Seguro te estás preguntando ¿qué es enredarse en los asuntos de la vida? Pues bien, es dedicar mis fuerzas, mis pensamientos, mis obras a lo que es ajeno a Dios, enredarse en los asuntos de la vida es pensar que tu trabajo es lo más importante, que tienes que vivir para agradar a tu familia, espos@, hij@s, novi@, jefe, amante, padres o cualquier otra persona importante para ti, es hacer de tus preocupaciones el centro de tu vida, es distraerte con aquello que el mundo pinta como deslumbrante y no detenerte a considerar la voluntad de Dios para ti.
El propósito de tu vida debería ser agradar a Dios, Él es tu superior, Él está esperando lo mejor de ti, si has decidido engrosar las filas del ejército del Señor podrás tener por segura la victoria pero debes pagar el precio, deja de enredarte en los asuntos de la vida, ellos son pasajeros, finitos, temporales, engañosos.
Concéntrate en Dios y su Palabra, allí encontrarás la mejor forma para ser excelente soldado.

SIN MIEDO

Cuando siento miedo,  pongo en ti mi confianza Salmo 56:3 Aún en medio de las batallas, David seguía alabando a Dios y tenía el tiempo para ...