Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad.
¿Hay algo imposible para mí?
Jeremías 32:26-27
Hay momentos especialmente difíciles en la vida, circunstancias que definitivamente te debilitan y te hacen pensar que no vale la pena continuar porque la situación cada día se pone peor y si miras alrededor no vas a encontrar nada alentador, solo verás inseguridad, corrupción, deslealtad, pobreza, en fin, no es fácil y es ahí donde más debes fortalecer tu fe, es ahí donde lo que realmente importa es si de verdad le crees a Dios y estás dispuesto a obedecerle, aunque parezca absurdo, infructuoso o innecesario.
En el capítulo 32 de Jeremías el Señor le dice al profeta que compre un lote en un lugar que pronto iba a ser invadido e improductivo porque iba a sufrir la opresión de los babilonios, es como si hubieras comprado una finca en uno de los municipios del oriente antioqueño o de los llanos orientales cuando los grupos subversivos tenían allá todo el control y los campesinos fueron desplazados y las tierras quedaron solas y abandonadas.
Lo último que se te habría ocurrido sería invertir tus ahorros en esas tierras pero en ese momento Jeremías obedeció por fe, le creyó a Dios porque estaba convencido que tenía todo el poder para revertir cualquier situación y finalmente el Señor cumplió, una vez más su Palabra fue real, su Poder fue evidente y mostró su favor a quien le obedeció
Tal vez te parezca absurdo obedecer a Dios cuando las cosas van en contra tuya.
Tal vez tienes una enfermedad incurable y no vale la pena someterse a un tratamiento.
Tal vez tu matrimonio ya no tenga salvación.
Tal vez tus hijos van a perderse y nunca van a rendirse ante el Señor.
Tal vez tus finanzas ya no dan más y por más que trabajes el dinero no alcanza.
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