jueves, 6 de octubre de 2016

PRIMERO EL 1, LUEGO EL 2

El que no provee para los suyos,
y sobre todo para los de su propia casa,
ha negado la fe y es peor que un incrédulo
1 Timoteo 5:8

Tal vez todo ser humano se has preguntado cómo ser mejor persona porque realmente en el corazón surge el deseo de no quedarse ensimismado y es así como se proponen a ayudar a la comunidad, algunos emprenden obras benéficas, participan de donaciones, destinan una parte de sus recursos y de su tiempo para auxiliar a aquellos que están en una situación menos favorable con el ánimo de ser parte de la solución; que quede claro que eso no está mal, de hecho hace parte de lo que Dios te ha invitado a hacer, partir tu pan con el que tiene menos.

Sin embargo, con mucha frecuencia esos mismos seres altruistas no actúan con la misma generosidad en sus propias casas, allí son egoístas, altaneros, orgullosos, inclementes y pareciera que es indiferente ver el dolor de los más cercanos. Como puede ser coherente que te duelas de las carencias de otra persona pero eres insensible al sufrimiento de alguien de tu familia o, peor aún, seas tú quien con sus actitudes rebeldes y egocéntricas, está causando dolor en quienes más te aman.

Vuelve a leer el versículo de hoy, las personas de fe proveen para los más cercanos, proveen no solo lo material, no te olvides de eso, sino también proveen amor, paciencia, servicio, consuelo y apoyo.

Si se te ha olvidado amar y demostrar amor a los de tu casa, hoy es un buen día para hacerlo, toma la decisión de ayudar, primero a tu familia y luego Dios te dará más recursos para que tu generosidad se extienda a otros, así darás un bonito testimonio que muchos querrán imitar y la ayuda se multiplicará.






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