jueves, 14 de diciembre de 2017

SEGUIR AVANZANDO


No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.
Filipenses 3:12-14

El fin de año es una época de balances, evaluaciones y análisis, todo para determinar cómo fue el año, qué tanto se logró, qué tanto faltó, en fin, para calificar el tiempo que ya pasó y también es momento de considerar los objetivos para el próximo año.

Es bueno que te tomes el tiempo de hacer una autoevaluación, sin duda no eres el mismo de enero, ni siquiera en tu área espiritual porque caminar con Dios debe ser un avance constante, piensa y seguro concluirás cuánto has cambiado desde que has decidido entregarle el corazón a Jesús para que sea tu Señor y tu Salvador. A pesar de todo el progreso alcanzado, nunca debes creerte obra terminada, nunca vas a alcanzar la perfección acá en la Tierra, siempre habrá algo más por hacer, incluso cada día deberías pensar cómo quiere el Señor que te muevas, cuál es la dirección que Él desea para tu vida, qué decisiones deberías tomar; todo para cumplir con esa misión que Dios escribió en su corazón cuando pensó en darte vida.

Todas las empresas tienen una misión corporativa y tú también deberías redactar la tuya pensando siempre en el propósito de Dios para ti, si aún no la has escrito, saca un tiempo y piensa cuál puede ser el objetivo particular para el cual Jesús te ha escogido, no hay dos misiones de vida iguales, tú tienes una propia que se ajusta completamente a tu individualidad. 

El 2018 debe ser un año para que sigas avanzando en el conocimiento de Dios y su Palabra, todo para atender el llamado que un día Él te hizo. No pienses que ya has hecho mucho, los logros hasta ahora alcanzados no deberían ser el fin sino un escalón más en la carrera que Dios quiere que corras, sigue a la meta.



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