Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo
siempre nos lleva triunfantes y,
por medio de nosotros,
esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.
2 Corintios 2:14
A pesar de todo lo difícil que podamos vivir nuestra esperanza debe ser que Dios nos va a sacar triunfantes, Dios no nos ha llamado a la derrota sino a la bendición, esta parte del versículo es bastante alentadora pero si te detienes a leer la segunda parte del tal vez pienses lo mismo que yo: ¿a qué huelo? se supone que dondequiera que vamos debemos llevar el olor a Dios, la fragancia de su conocimiento.
Alguien que lleva una buena loción no pasa inadvertido, mas bien atrae, nosotros debemos atraer porque cualquiera que se acerque a nosotros deberá oler el amor de DIOS, deberá percibir su misericordia; mi esencia debe ser Dios.
Sin embargo en ocasiones con nuestras palabras, actitudes y respuestas olemos a todo menos a Dios, olemos a rencor, a rabia, a resentimiento, a dolor, a histeria, nada que ver con la fragancia de Dios.
Cuando escoges una loción es para causar una buena impresión o al menos para que sea agradable a ti mismo.
Si Dios te mira... ¿te escogería para usarte como fragancia?
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