Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla.
Simplemente, quédense quietos en sus puestos,
para que vean la salvación que el Señor les dará.
¡Habitantes de Judá y de Jerusalén,
no tengan miedo ni se acobarden! Salgan mañana contra ellos,
porque yo, el Señor, estaré con ustedes.” »
2 Crónicas 20:17
Cuando estamos en apuros o dificultades lo menos que queremos hacer es quedarnos quietos, sobretodo ciertas personalidades que tendemos a querer controlarlo y saberlo todo, he entendido esta semana que es difícil entregarse a Dios por completo y simplemente esperar que actúe, he considerado que todo saldría mejor si se hiciera a mi manera, en mi tiempo, como yo espero, sin embargo mi Señor me dice: ¡Quédate quieta!, es una quietud que no significa pasividad, significa confianza, es una quietud en mi alma pero con mi espíritu conectado con el Espíritu de Dios, si lees todo el capítulo 20 de 2 de Crónicas, verás que Josafat tendría guerra con enemigos que lo superaban ampliamente en número y cuando se enteró su primera reacción fue tomar la decisión de consultar a Dios, tal vez yo hubiera llorado, me hubiera rascado la cabeza, hubiera escrito en el muro de facebook algo así como de desesperación, Josafat no, él decidió consultar a Dios, esa es la primera lección, mi primera opción debe ser hablar con Dios, contarle mi situación y esperar su respuesta, dirás tu ¿cómo? orando, leyendo su Palabra y meditando, sacar un tiempo para expresarle todo lo que hay en mi corazón, buscando el consejo de personas que también le crean y verás que así como Josafat obtuvo respuesta a través de un hombre, tu tendrás respuesta de parte de Dios.
A Josafat le pidió no tener miedo ni acobardarse por la situación tan difícil que venía porque El ya tenía todo bajo control, Dios dice que las peleas que día a día libro no son mías sino de Él, por eso para qué desgastarnos peleando con lo que Dios ya ha tomado... Dios los mandó a quedarse quietos, a confiar en Él y esperar su respuesta y ¿sabes cómo termino todo? Los enemigos de Josafat se mataron entre sí, su ejército no tuvo que hacer nada, simplemente esperar.
Así mismo, para hoy, quédate quieto, deja de correr, de afanarte, de angustiarte, habla con Dios, explícale tu situación y déjalo actuar, que las cosas salgan a su manera y no a la tuya, ese es el mejor final,
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