martes, 25 de marzo de 2014

LA DICHA

Dichoso el que tiene en ti su fortaleza,
que sólo piensa en recorrer tus sendas.
Cuando pasa por el valle de las Lágrimas
lo convierte en región de manantiales;
también las lluvias tempranas
cubren de bendiciones el valle.
Salmo 84:5-6

Cuando leo la palabra dichoso pienso en algo más que felicidad, es plenitud, es total alegría, cuando se habla de dicha es porque nuestro gozo va más allá de lo normal y según el versículo de hoy es posible alcanzar la dicha, es posible siempre y cuando nuestra fortaleza sea Nuestro Señor y nuestra visión de vida sea vivir agradándole, sin embargo, a continuación una vez más Dios nos habla de las dificultades, del valle de Lágrimas, es decir, la dicha no depende de la ausencia de problemas, sino de mi confianza en Dios, quien cree en el Poder de Dios es capaz de atravesar una situación difícil sin dejarse afectar, es posible disfrutar pese a la adversidad, para quienes creemos en Dios es posible vivir una situación difícil sin dejarse descomponer, de hecho podremos atravesar una tribulación con una sonrisa en el rostro porque estamos seguros y fortalecidos con el Buen Espíritu Santo de Dios.

Finalmente, mi fe me hace ver la lluvia como una bendición, no sólo estamos mojados por nuestras lágrimas, para completar el panorama afuera llueve, a veces así está nuestra vida, la diferencia es que eso no nos desestabiliza, porque cuando cambiamos nuestra manera de pensar y tenemos perspectiva divina veremos que las lluvias cubren de bendiciones el valle, es decir, la lluvia siempre traerá vida, el agua que mana del cielo va a ser un hidratante único para ti, disfrútalo.

Si estás atravesando el Valle de Lágrimas dile a Dios cuán difícil es pero cree que El Señor te fortalecerá y asume una actitud de contentamiento, analiza y verás que en tu vida hay muchas otras situaciones por la que debes agradecer, espera la lluvia de bendiciones de parte de Dios, mientras tanto vive dichoso porque has decidido buscarle, obedecerle y creerle.

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