Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, orando siempre con gozo en cada una de mis
oraciones por todos vosotros, por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora, estando convencido precisamente de esto: que el
que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
Filipenses 1:3-6
Desde
hace algunos días vengo intercediendo, más de lo acostumbrado, por las personas
cercanas y sus peticiones, he entendido que ver la necesidad del otro es un
buen antídoto contra el egoísmo pues así la oración no se centra en mi queja ni
en mi petición, sino en la situación ajena y la intención de poder ayudar, en
muchas ocasiones la única ayuda útil que puedo ofrecer es la oración, muchas
otras encuentro también la manera de colaborar de manera visible y eso además
de fortalecer al otro, me fortalece a mí.
Vale
la pena aclarar, sin decir que eso sea malo, que no oro por la paz del mundo,
porque las personas tengan alimento o porque todos sean felices; oro por
peticiones específicas que amigos y conocidos han compartido conmigo. Eso sí,
mi primera súplica es que conozcan a Jesús, el Salvador y le permitan entrar en
sus corazones e instalarse en el trono de sus vidas.
Si
miramos el versículo de hoy Pablo da gracias a Dios por la vida de aquellos que
han decidido aceptar el mensaje del evangelio y le han permitido a Jesús obrar
en sus vidas, esa es la primera invitación de hoy: orar por aquellas personas
que han decidido entregar sus corazones a Jesús, cuando pienso en aquellos a
quienes he compartido el mensaje del Evangelio y han recibido con alegría es
imposible sentir en el corazón regocijo, gozo por saber que participé en el
cambio de vida de alguien, además, lo que más me llena de alegría es saber que
Dios no se va a limitar a presentarse esa persona, sino que adicionalmente día
a día hará su obra en ella y con el tiempo podré ver la mano del Señor en la
vida de alguien a quien estimo, qué importa si por el momento veo a alguien
duro de corazón, cruel, egoísta, mentiroso, vacilante, finalmente está en el
taller del Maestro y esa obra que comenzó la llevará a feliz término.
La
segunda invitación hoy es a que empieces a orar más por los demás, eso ensancha
tu mente y te sacará de la egolatría que tanto daño hace, pregunta a tus
conocidos cuáles son sus peticiones, interésate en los procesos de los demás,
dejar por un momento de mirarte y considera a quienes están cerca.