Yo sé que el Señor, nuestro Soberano,
es más grande que todos los dioses.
El Señor hace todo lo que quiere
en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos sus abismos.
es más grande que todos los dioses.
El Señor hace todo lo que quiere
en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos sus abismos.
Salmos 135:5-6
Muchos de nosotros creemos en Dios y reconocemos que existe, que es Soberano y Poderoso, eso debería ser suficiente para confiar plenamente en
Él y en su Voluntad para nuestra vida, sin embargo no es raro encontrar
personas de fe afanadas, estresadas y angustiadas porque tienen miedo
al futuro, porque dudan de la provisión del Señor, porque no están seguros si
Dios realmente suplirá lo que necesitan o porque consideran que lo único que
los salvaría es un milagro pero realmente nadie podría hacerlo.
Cuando decimos como el salmista “…El Señor hace TODO lo que quiere” (mayúsculas
añadidas) estamos
declarando que nada le queda grande, no hay enfermedad, problema, dificultad,
situación o crisis que pueda resistir a su Poder. Ese es el Dios en quien yo creo, un Dios que
no nos creó para abandonarnos sino que hoy día tiene el mismo poder que usó
para abrir el Mar Rojo, es Dios de imposibles porque para lo posible estamos
nosotros.
Creo que ahora no hay más milagros porque definitivamente no
estamos preparados en nuestra fe para vivirlos, ahora nos estamos limitando a
pedir el pan de cada día pero no oramos por la resurrección de un muerto porque
no creemos que Dios pueda hacerlo, tal vez nuestro problema no es la idolatría
pero sí el creer que Dios no es Todopoderoso lo cual es igual o peor.
Otra perspectiva es que cuando pedimos parecemos más llenando
un buzón de sugerencias a Dios para que mejore su servicio, le contamos nuestro
problema y también ofrecemos la solución que consideramos es la mejor, le damos
ideas al Señor para que nos responda tal cual nosotros queremos, ahí estamos
olvidando que es Omnisciente; la actitud debería ser clamar al Omnipotente para
que su Voluntad buena, agradable y perfecta sea real en nuestras vidas.
No olvides que nada ni nadie puede escapar al poder de Dios.
¡Cuando pidas cree!
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