En el desierto partió en dos las rocas,
y les dio a beber torrentes de aguas;
hizo que brotaran arroyos de la peña
y que las aguas fluyeran como ríos.
y les dio a beber torrentes de aguas;
hizo que brotaran arroyos de la peña
y que las aguas fluyeran como ríos.
Salmo 78:15-16
Quienes no conocen
un desierto pueden inferir algunas de sus características por lo que se ve en
películas o libros, pensar en un desierto es pensar muchas veces en un lugar
árido, con pocas posibilidades de vida, hay soledad, y es una terrible sol—edad…
es un calor constante y agotador, se
siente sed y no hay esperanza de líquido, no es un panorama alentador, sin
embargo, allí en el desierto Dios dio agua de donde menos se espera, para
entender mejor es necesario leer Éxodo 17:1-7.
Es así como vemos
que el desierto es el lugar propicio para la manifestación de la gloria de
Dios, si Dios diera agua al lado de un río no tendría mayor significado, la
provisión en medio de la abundancia es catalogada como algo normal, pero el
Poder de Dios es mayor cuando ya no hay más a donde mirar, el desierto es el
escenario donde el Padre Celestial muestra su Magnificencia. Él tiene el Poder para
partir la roca y hacer que de allí fluya agua.
¿Qué decir de una
roca? Es dura, en ocasiones inútil, no es estéticamente bonita por lo general,
no es atractiva, se habla de la piedra en el zapato, de la piedra de tropiezo,
de la piedra que da lo que molesta, la piedra no es una buena referencia, pero
Dios escogió una roca para proveer el descanso a su pueblo, de donde menos
espera cualquiera Dios puede dar recursos, donde menos se espera Dios hace
brotar agua, agua de vida, respuesta a la necesidad, alivio al dolor, provisión
en la escasez. Creo que a nadie se le ocurrirá ir a una piedra para buscar
agua, Dios lo hizo para mostrar su Poder, donde se ve una simple roca Dios ve torrentes de agua.
Quien va hoy por el
desierto entienda que es un proceso y lo mejor no es evadirlo sino vivirlo,
cruzarlo y cuando llegue la sed la solución es clamar a la fuente, llamar lo
que no es como si fuera, es tan ilógico como hacer brotar arroyos
de la peña, cuando por fe se declaran milagros entonces llegarán los
milagros, eso es fe, decirle a la roca que es fuente de agua. Lo que hoy es duro
como roca será transformado en lo más líquido, refrescante y saludable: el
agua.
El Señor tiene cuidado de sus hijos y no los va a dejar morir de sed, en el desierto encontrarán la roca que proveerá agua por el poder de Dios.
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