Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación.
¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
Todo esto proviene de Dios,
quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo
y nos dio el ministerio de la reconciliación:
esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo,
no tomándole en cuenta sus pecados y
encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.
2 Corintios 5:17-19
Muchas veces tienes dificultades grandes y problemas profundos con algunas personas, relaciones que parecen nunca podrían restaurarse, pudieron lastimarte tan fuertemente que consideras imposible perdonar y mucho menos llegar a reconciliarte con quien te lastimó; o quizás tu heriste y crees que jamás se te dará otra oportunidad, sin embargo, leyendo este pasaje verás que la reconciliación viene de Dios, Él es el mayor ejemplo de tomar la iniciativa para restaurar una relación, sin importar cuán lejos esté el uno del otro.
El Señor no tuvo en cuenta tu pecado, tu indiferencia, tus ofensas, simplemente la muerte y resurrección de Jesucristo ofreció reconciliación con el Padre. Hoy recordamos que Él venció la muerte, así que también puedes creer que Dios puede hacer algo nuevo allí donde piensas que todo murió, Dios es fuente de renovación, de reconciliación, de paz, de reunión.
No importa cuánto tengas que perdonar, Dios te perdonó más.
No importa cuánto tengas que olvidar, Dios no recuerda tus pecados.
No importa cuánto daño te hicieron, Jesús pidió perdón por sus asesinos.
No importa cuánto te traicionaron, Jesús amó a Judas
No importa cuánto abandono sufriste, Jesús le dio una nueva oportunidad a Pedro.
Tienes un mensaje de reconciliación para los demás, Jesús es el camino al Padre, en Él encontrarás una nueva oportunidad para volver en amistad con tu Creador, si el Omnipotente no tuvo inconveniente para perdonarte, tu tampoco deberías tenerlo para decidir volver a empezar.