Porque así llegué a conocer tu decretos.
Salmo 119:71
Muchos podrán decir que parece un versículo masoquista, sin embargo, lo que sucede es que es real y como toda la Palabra de Dios, se cumple todo el tiempo. Hay muchas áreas de tu vida que manejas a tu antojo, tal vez confías en Dios y quieres seguirle pero muchas decisiones las tomas por lo que te parece y de manera consciente desobedeces porque simplemente en tu sabiduría consideras que el Señor no conoce bien tu situación o porque hay mandamientos anticuados y estamos en otros tiempos y las cosas han cambiado. Eliges seguir tu camino y las consecuencias no se hacen esperar.
Si de verdad eres un hijo de Dios que ha decidido vivir por fe y en obediencia, llegarás a entender que muchas de tus dificultades son producto de tu rebeldía y agradecerás tus caídas porque te hacen consciente de tus pecados y faltas.
La gente hoy quiere saber Dios, pero de un Dios a su amaño, manipulable, complaciente e indiferente al pecado. En verdad el Señor es amor, en Él tienes perdón, misericordia y gracia para acercarte a través de su Hijo, pero también es un Dios justo, soberano y que no deja impune tu maldad.
La mejor manera de demostrar que tu fe es genuina y que has alcanzado intimidad con Dios, es decir, como el salmista que si las aflicciones te llevan a reconocer tus errores y por eso sufres, entonces gracias por el dolor. Si la prueba te lleva a depender más de Dios, a ser obediente a su Palabra, a cambiar tu vida para agradarle, entonces será una tremenda bendición sufrir, en adelante piensa en medio de las tormentas cuál es la lección que debes aprender, reconoce los errores de tu parte, si los hay, renuncia a vivir a tu manera y verás como Dios va enderezando tus sendas.
Buena reflexion.
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