Dios tiene poder para salvar y tiene buenos oídos para oír.
2 Pero la maldad de ustedes los ha separado de Dios.
Sus pecados han hecho que Dios se tape los oídos
y no quiera escucharlos.
Isaías 59:1-2
Cuántas veces nos hemos preguntado porqué Dios no responde nuestra oración, clamamos, pedimos, suplicamos y la situación no cambia, estamos pidiendo algo bueno, que no perjudica, que podría ayudar a otros, sin embargo hasta empeora, lo que no hacemos es dejar aquello que a Dios no le agrada, la respuesta no llega y nosotros somos los mayores responsables.
Tú eres, en muchas ocasiones, el freno a la bendición, ¿te parece muy duro? seguramente, pero es real, nuestra tendencia es a pedir sin querer entregar, es un egoísmo que me perjudica porque no dejar actitudes o costumbres que desagradan a Dios propicia su silencio.
Si estoy pidiéndole al Señor un milagro en mi vida mi oración debe ir acompañada de la decisión de vivir para agradarle, en todo, en mis conversaciones, en mi corazón, en mis pensamientos, en mis actitudes, seguramente mientras hablas con Dios vas a empezar a entender que ciertas costumbres tuyas no le agradan y es momento de dejarlas, abandonarse al poder del Señor es decirle que todo mi ser le pertenece y eso necesariamente va a implicar cambios y decisiones, no puedo seguir siendo el mismo, Él va a demandar que mi vida muestre cambios producto de estar tomada de su mano.
El Señor sigue escuchando y viendo nuestra necesidad, otra versión de la Biblia dice que su mano no es corta para salvar, ni su oído sordo para oir, Dios realmente tiene poder y quiere ayudarnos, pero nuestro pecado lo ha detenido, es verdad que oramos y pedimos, pero al mismo tiempo nuestros corazones están llenos de amargura, rabia, iras, peleas con otros, rencores, seguimos mintiendo con facilidad, hablamos mal, por eso la bendición no fluye, por eso la situación no cambia, porque no hemos cambiado, mientras no cambiemos el pensamiento vamos a seguir enceguecidos por el ego elevado.
Por el contrario si hoy confesamos nuestros pecados, si hoy decidimos tomar el camino a la manera de Dios, un camino de justicia y salvación el Señor promete estar con nosotros y con quienes más amamos, así lo dice su Palabra:
»En cuanto a mí —dice el Señor—,
éste es mi pacto con ellos:Mi Espíritu que está sobre ti,
y mis palabras que he puesto en tus labios,
no se apartarán más de ti,
ni de tus hijos ni de sus descendientes,
desde ahora y para siempre
—dice el Señor—.
Isaías 59:21