miércoles, 21 de octubre de 2015

UNA SEMILLA, VARIOS TERRENOS

 ¡Pongan atención! Un sembrador salió a sembrar. Sucedió que al esparcir él la semilla, una parte cayó junto al camino, y llegaron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa semilla brotó pronto porque la tierra no era profunda; pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron. Otra parte de la semilla cayó entre espinos que, al crecer, la ahogaron, de modo que no dio fruto. Pero las otras semillas cayeron en buen terreno. Brotaron, crecieron y produjeron una cosecha que rindió el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno.
Mateo 4:3-8

En este pasaje habla Jesús, solía hacerlo por parábolas y en muchas ocasiones usó situaciones de la agricultura, así su público podría aprender mejor sus enseñanzas e incluso sería más fácil ponerlas en práctica; sin embargo muchos no entendían y más adelante Él mismo la explica, es un paralelo con la Palabra de Dios y las diversas formas como las personas la reciben, la asimilan o la ignoran.

Los sembradores son quienes han decidido no quedarse callados con el mensaje que han recibido de parte del Señor, Jesús también les habla a quienes comparten la Palabra para que no se desanimen si no reciben la respuesta que esperan. Hay muchos factores que impiden que la Palabra del fruto que Dios espera y Jesús las describió en esta parábola del sembrador

·         Satanás: Está empeñado en que las personas no conozcan a Dios, pone confusión, engaña y distrae con varios factores que impiden que las personas se concentren en conocer a Dios, esta es la semilla que cayó junto al camino y los pájaros se la comieron
·         Problemas: Otra semilla cayó entre piedras y no pudo echar raíces, es decir si alguien no tiene suficiente confianza en Dios y en sus promesas fácilmente se va a apartar del camino del Señor tan pronto sufra algún tipo de persecución o burlas por su fe.
·         Los afanes actuales: El acelere por conseguir dinero, la adicción al trabajo, la obsesión por la moda, el culto al cuerpo, en fin, lo que ahora está determinando la vida de tantas personas, esos son los espinos que ahogan la Palabra y no la dejan fructificar.

Pero hay semilla que cae en buen terreno, en un corazón dispuesto a escuchar la voz de Dios. Reflexiona y piensa qué tipo de terreno eres y si es del caso toma decisiones, no sigas ignorando lo que el Padre Celestial te ha hablado.

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