lunes, 6 de agosto de 2018

JUSTIFICADOS


En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.
Romanos 5:1-2

Tu fe te ha puesto nuevamente en paz con Dios, debes tener claro que la salvación no es por obras, tú no podrías ser tan bueno como para alcanzar el favor de Dios, no es por lo que tú hagas sino por lo que Cristo hizo en la Cruz, eso te quita un gran peso de encima porque intentar vivir en tus fuerzas para agradar o para pagarle a Dios solo traerá una carga que es imposible de llevar. En cambio, cuando aceptas el sacrificio de Cristo a tu favor, esa convicción te justifica delante del Padre y te permite vivir libre.

Jesucristo es el mediador perfecto y su entrega fue suficiente, tus obras son solo el reflejo de lo que el Señor hace en tu corazón pero no son el medio para ir al Padre. La Sangre de Cristo te acerca a la gracia que debe ser tu esperanza, es realmente confiar en la salvación real y práctica de Dios, esa seguridad que puedes vivir día tras día, puedes andar en libertad porque el Hijo te liberó de la pesada carga que llevabas producto de tu indiferencia a Dios.

Ahora es distinto, confesar que Jesucristo es tu Señor y tu Salvador es suficiente para que puedas relacionarte con el Padre, cuando te mire, verá el sacrificio de su Hijo y se acerca amorosamente porque las cuentas están saldadas, lo que te separaba de Él ha desaparecido, es hora de vivir tu relación con Dios, acepta lo que Jesús hizo por ti y clama al Padre, si aún no has declarado que Jesús gobierna tu corazón es hora de decírselo, ora dando gracias porque Su muerte te dio vida, vida eterna. Entrégale el control y descansa en su perfecto amor.

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