Pero por la gracia de Dios soy lo que soy,
y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos,
aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.
1 Corintios 10:15
Pablo
sabía que no era merecedor de nada, creía que no tenía derecho a ninguna
consideración de parte de Dios; era tan humilde como para aceptar que lo mucho
o poco que recibía simplemente era la manifestación de la gracia del Señor a su favor.
Ahora
piensa en ti, en tus fuerzas no podrías ser nadie, ni siquiera el anhelo por
ser buena persona podría llevarte a lograrlo; lo que consigues, tienes, haces,
aprendes o enseñas es tan solo la gracia
de Dios actuando para tu beneficio. La gracia es
un don de amor que Dios te regala porque quiere, Él decide hacerlo, de hecho, no
hay nada que puedas hacer para impresionarlo y lograr más gracia, tampoco hay algún error tan grande que te separe irremediablemente
de Él, no es por ti, es por Su gracia.
Eso
te hace libre de la carga de enfrentar las luchas en tus fuerzas, debes reconocer
que no tienes lo suficiente para salir vencedor, es verdad que debes seguir
esforzándote por ser ese hijo de Dios que le ama y obedece, pero nunca olvides
que es Su gracia lo que te permite
permanecer en pie, admite que solo podrías llegar a ser útil porque Él así lo
dispone, Pablo dice que se esforzaba pero en realidad no era su esmero lo que
le permitía alcanzar la victoria sino la gracia
de Dios que estaba con él.
Si
lo que hoy sucede es que has sido indiferente al Señor o te equivocaste y
dañaste tu relación con Él, te has alejado o batallas con un pecado que sientes
que no puedes dejar, ve en oración a tu Padre, apela a Su gracia, recuerda que es inagotable, no hace acepción de personas y
está a libre disposición de quienes decidan acercarse en arrepentimiento.
No temas el juicio, Dios tiene más misericordia que sed de justicia cuando buscas Su Presencia.
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