viernes, 10 de agosto de 2018

LIBRES POR LA VERDAD


Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo:
―Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. 
Juan 8:31-32

Una vez has aceptado a Jesús como Señor y Salvador lo que debe seguir es que tu caminar empiece a evidenciar esa nueva determinación, un día resuelves vivir para agradar a Dios y es ahí donde empieza el reto de la obediencia constante, no porque te conviertas en perfecto o infalible sino porque en adelante serás más consciente de tus decisiones y siempre te va a importar qué dice el Padre Celestial al respecto, eso sería lo más coherente. 

Por eso Jesús le hablaba así a los judíos que ahora creían en Él, no le hablaba a ateos convertidos sino a conocedores de las Escrituras que apenas ahora empezaban una vida de convicción y no de religión, muchos han escuchado hablar de Dios y dicen creer en Él pero de una manera superficial, sin compromiso y lleno de rituales, sin aceptar que son pecadores y necesitan constantemente de la gracia del Padre que solo a través de Cristo pueden tener. Ahora, estos judíos se habían decidido por Jesús, lo que venía a continuación era permanecer. 

Mantenerse fiel no siempre es fácil porque la naturaleza pecaminosa sigue ahí, ser leal al Señor es un caminar diario tomado de la mano de Jesús, atento a las luchas que vives y dependiendo del amor de Dios y cuando te equivocas, no esperas para ir donde el Padre en arrepentimiento a buscar su perdón, te acercas con la tranquilidad que en Él no hallarás juicio ni condenación, Él no desprecia un corazón humillado.  

Recuerda que cuando dices que eres un seguidor de Jesús, tus acciones lo demuestran, no es necesario decirlo porque tu testimonio da cuenta de tu fe, es eso lo que te permite ser libre, libre del pecado que antes te dominaba. La libertad que te da la Palabra de Dios consiste en que tu carne ya no determina tu vida sino que ahora eres libre y nada te esclaviza, ni siquiera tú mismo.




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