pero vivimos en la oscuridad, mentimos y
no ponemos en práctica la verdad.
Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz,
tenemos comunión unos con otros,
y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.
1 Juan 1:6-7
Muchos de nosotros dicen creer en Dios y afirmamos que Él es lo más importante en nuestra vida, sin embargo, la cotidianidad de algunas personas está absolutamente apartada del camino del Señor y pareciera no ser conscientes de ello, es como si quisieran engañar a Dios pretendiendo vivir creyéndole pero no obedeciéndole.
La fe es viva, la fe se traduce en obras, la fe se convierte en un estilo de vida que siempre va a buscar agradar a Dios, no pretendas decir que le crees viviendo a tu manera y abrigado en la excusa "Yo soy así y así Dios me ama", Dios siempre te va a amar porque Él mismo te hizo pero cuando no vives de acuerdo a sus preceptos la relación con Él se interrumpe, se altera, se resquebraja, definitivamente es mentira decir que soy creyente si mis acciones están apartadas de sus mandamientos, es hora de hacer viva nuestra fe, de andar en la verdad, de vivir en la luz.
Seguramente estás diciendo que has intentado vivir como Dios dice pero has fallado, claro, todos hemos fallado, la diferencia es el arrepentimiento y la confesión, es decir, cuando te equivoques y desobedezcas debes ir a la presencia de Dios confesar tu falta y apropiarte del perdón, Jesús ya pagó un precio por ti y eso te da la opción de entregar todos tus asuntos al Padre, puedes tener una relación con Él porque Jesús intercede por ti, el problema es cuando nos apartamos del camino del Señor y pretendemos vivir como si nada hubiera pasado.
No te des concesiones en tu vida, llama pecado a lo que Dios llama pecado, ponte de acuerdo con Él y toma la decisión de vivir bajo su dirección, esta decisión cambiará no sólo tu vida acá en la tierra, sino para toda la eternidad.
Excelente reflexión!
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