lunes, 30 de diciembre de 2013

2014 DE SU MANO

Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre.
Salmo 31:3

Hoy, en mi última reflexión del año quiero que entreguemos el 2014 a la Soberanía de Dios, buscando su ayuda y dirección; en esta fecha solemos hacer promesas, fijarnos metas, trazarnos objetivos, pensar en sueños y me parece muy bien hacerlo, todas las condiciones están dadas, es un buen día para entregar y enterrar todo lo que en este año nos hizo sufrir, nos hizo llorar, lo que nos dolió, perdonar las traiciones y empezar un nuevo año con la convicción de que Dios tiene el control de nuestras vidas, que cuando andamos con Él lo mejor está por venir, no nos creamos el cuento de todo tiempo pasado fue mejor, con Dios siempre podemos tener la certeza de un mañana prometedor, creamos que no pasará un día del próximo año sin ver su bendición, su respaldo, su ayuda, su fortaleza, su alivio, su sanidad, eso sí, para recibir todo lo que Dios tiene para darnos debe ser Él nuestra roca donde cimentamos cada estructura de nuestra vida, Él es nuestra fortaleza en el momento de angustia y someternos a su dirección nos va a garantizar su bendición.

Te invito a hacer una oración como la del versículo de hoy:
Papito Dios: guíame en este 2014, quiero construir todo lo que tengo en mi vida sobre ti que eres La Roca, sé tú mi fortaleza en momentos de debilidad, dirígeme en este nuevo año y cuando me equivoque ayúdame a reconocer mi falta, pedirte perdón y volver a empezar. Amén

Te invito a sacar un tiempo y hacer un ejercicio de entrega de este año e inicio del otro, a continuación una sugerencia:

LO QUE DIOS HA HECHO ESTE 2013 EN CADA ÁREA DE MI VIDA
MI RELACIÓN CON DIOS
FAMILIAR
LABORAL/ACADEMICA
AFECTIVA
SALUD
ECONÓMICA








PETICIONES PARA EL 2014

MI RELACIÓN CON DIOS
FAMILIAR
LABORAL/ACADEMICA
AFECTIVA
SALUD
ECONÓMICA










«Olviden las cosas de antaño;
    ya no vivan en el pasado.
¡Voy a hacer algo nuevo!
    Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?
Estoy abriendo un camino en el desierto,
    y ríos en lugares desolados”.
Isaías 43: 18-19

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