miércoles, 10 de septiembre de 2014

ELIJO OBEDECER

Por eso, cumplan todos los mandamientos que hoy les mando, para que sean fuertes y puedan cruzar el Jordán y tomar posesión de la tierra, y para que vivan mucho tiempo en esa tierra que el Señor juró dar a los antepasados de ustedes y a sus descendientes, tierra donde abundan la leche y la miel. 
Deuteronomio 11:8-9

El pueblo de Israel ya había podido ver obras maravillosas hechas por Dios mismo, ya había sido testigo de las consecuencias de la rebeldía y por eso ya podrían estar seguros de que los actos de desobediencia traerían nefastas consecuencias. Así en este versículo el Señor les invita a una obediencia absoluta a los mandamientos que ya les había dado y es claro al definir las consecuencias de una vida rendida a Él.

Dios pide obediencia absoluta y en este versículo les habla de otra ventaja de considerar sus preceptos: los fortalecería para la dificultad, aún hoy, muchos siglos después esto sigue vigente, la fidelidad al Señor me va a preparar para cruzar los “jordanes” de la vida, que no son pocos, pero una vez los atravieso disfruto de la tierra prometida donde fluye leche y miel, es decir una provisión deliciosa que voy a poder disfrutar.

Cuando las pruebas me toman por sorpresa, débil, sin defensas, corro el riesgo de no pasarla o al menos salir más lastimada, por el contrario, la obediencia me fortalece y prepara mi corazón para la bendición venidera, muchas veces nos preguntamos con desconsuelo porqué Dios no concede mi petición si es buena, no hace daño a nadie o haría feliz a muchos, una de las razones puede ser que no estás preparado, aún es necesario formar tu carácter para que la respuesta no te atropelle, no han sido pocas las ocasiones en que los regalos de Dios se convierten en el yugo que lleva a las personas a alejarse de Él, siendo así por lo menos yo prefiero seguir esperando y que Dios responda favorablemente cuando yo esté preparada para recibir su regalo y aún con la respuesta no alejarme de Él.

Dios nos ha dado a elegir, yo elijo la obediencia para alcanzar la bendición. ¿y tú?


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