viernes, 27 de mayo de 2016

HABLARLE A QUIEN SI ESCUCHA

Yo amo al Señor
porque él escucha mi voz suplicante.
Por cuanto Él inclina a mí su oído,
Lo invocaré toda mi vida.
Salmo 116:1-2

Es muy molesto cuando le hablas a alguien y no te escucha, además es un mal que viene en aumento porque los celulares están captando toda la atención de las personas y es difícil mantener un diálogo ininterrumpido por culpa de la tecnología, en cambio cuando encuentras a alguien que quiere escucharte lo aprecias de manera especial, buscas pasar tiempo con esa persona y te deleitas compartiendo tus sentimientos, no importa si no te aconseja, si no te ayuda o si no ofrece solución, muchas veces para ti es suficiente que esa persona quiera escucharte.

Sin embargo con Dios es distinto porque Él escucha de manera atenta y no es indiferente a tus súplicas, no importa el tema a tratar, el Señor siempre dispone su corazón y sus oídos para atender tu llamado.

A diferencia de un call center, el Señor no te deja en lista de espera para escuchar tu queja, tu clamor, tu oración, tu petición, tu acción de gracias o cualquier tema que quieras tratar con Él. Por eso, no dejes de hablarle porque finalmente es el único que puede y quiere ayudarte.

Además, cuando alguien inclina su oído cuando le hablas están más cerca el uno del otro, físicamente hay más confianza y ya no es necesario hablar en voz alta, Dios se inclina para que le invoques, no es necesario gritar ni hablar en tono más alto porque Él se acerca para que confíes en su Poder y en su Presencia para traer sanidad, libertad, perdón, consuelo, fortaleza, amor, gozo y bendición.

Habla porque Él te escucha



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